Hijos - Parte 3
- iglesiabarriobelgr
- 12 ago 2021
- 2 Min. de lectura
1ª. Corintios 13:13 dice: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”.

Lei en una oportunidad acerca de este pasaje que la fe es el fundamento y el contenido del mensaje de Dios, la esperanza es la actitud y el enfoque y el amor es la acción.
Escuche también que el amor es la más grande de las cualidades humanas y es un atributo de Dios.
En su libro “Escuela para padres” Malena Matheos de Bachor, nos dice con respecto al rol de los padres en la etapa de los niños que van de cero a cinco años que estos deben cumplir con dos funciones: la nutritiva y la normativa.
La primera está relacionada con el afecto (con el amor) y la forma en que se lo transmitimos a nuestros hijos, aun de bebés, amor incondicional, protección y aceptación.
La segunda, función normativa, que se relaciona con las normas y pautas que los padres le deben enseñar a sus hijos. Esto involucra los límites que se establecen dentro y fuera del hogar, incluye enseñar a diferenciar comportamientos adecuados de inadecuados mediante un método disciplinario que respete al niño y que a su vez sea firme y claro, el proteger a los niños de los peligros, y el enseñar pautas sociales que lo ayuden a relacionarse bien con las personas.
En los primeros meses de la vida del bebé es muy importante que la madre establezca un vínculo de afecto y aceptación hacia su hijo y que su padre, quien se va relacionando de a poco con el bebé, acompañe a la madre y la alivie en tareas como sacarlo a pasear, calmándolo cuando llora, cambiando pañales, haciéndolo dormir, intercambiando actividades.
Que importante es volver al manual de la vida y darnos cuenta que fuimos creados por amor y que es el amor de Dios en nosotros lo que primero debemos reflejar en nuestra familia, con nuestros hijos.
Muchas veces tendremos que hacer grandes esfuerzos y sacrificios para el bienestar de nuestros hijos y dejar de lado nuestros intereses, nuestro propio bienestar. Cuando a las dos o tres de la mañana el bebé llora, es más fácil traerlo a nuestra cama que calmarlo y dejarlo en su cuna, pero es mucho más saludable para él dejarlo en su cuna.
Es el amor el que dará sustento a las dos funciones y será el motor que nos impulsara a cumplirlas.
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